sábado, 11 de enero de 2014

Otro año

El 1 de enero fuimos a comer a casa del abuelo de mi marido para festejar la llegada del nuevo año. Viajamos en metro porque no tenemos coche y como iba casi vacío, el papá de la bizkatxa y yo pudimos echar un vistazo a un futuro muy próximo.
La bizkatxa se cambió de lado del vagón, se sentó comodamente y echó un ojo a su reloj. Viendole ahí sentado solo, despreocupado y sintiendose importante por llevar reloj fue precioso. Ha crecido tan pero tan rápido...

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